La diabetes es una patología que se caracteriza por la presencia de valores de glucosa (azúcar) altos en sangre. Esta alteración suele producirse bien porque el organismo no libera insulina o bien porque no la utiliza correctamente.
La concentración de glucosa (azúcar) en sangre varía durante el día, se incrementa después de cada comida y se recuperan los valores normales después de 2 horas. Los valores que se consideran normales en ayuno son de 70 a 110mg/dl.
La insulina (hormona producida por el páncreas) se encarga de mantener los niveles adecuados de glucosa en sangre.
La diabetes se produce cuando nuestro organismo no produce la suficiente insulina para que los valores de azúcar en sangre se encuentren dentro de los parámetros de normalidad o cuando las células no responden correctamente a la insulina.
Existen dos tipos de diabetes:
Diabetes tipo I (insulinodependiente): En este tipo de diabetes la producción de insulina es escasa o nula y suele desarrollarse antes de los 30 años.
Diabetes tipo II (no insulinodependiente): En este tipo de diabetes el páncreas continua produciendo insulina pero el organismo desarrolla una resistencia a sus efectos. Puede aparecer a partir de los 30 años pero es a partir de los 65 años cuando es más frecuente.
La obesidad es el principal factor de riesgo para padecer diabetes ya que entre el 80-90% de las personas obesas sufren esta enfermedad.
Los síntomas más característicos de la diabetes son orina excesiva (poliuria) y sensación de sed (polidipsia).
También suele ser frecuente un aumento se la sensación de hambre (polifagia).
Hay otros síntomas que se relacionan con la diabetes o valores de azúcar alto en sangre como son visión borrosa, somnolencia, náuseas y cansancio.
Cuando se trata de una Diabetes tipo I o insulinodependiente los síntomas son más graves y evolucionan rápidamente. Puede producirse una pérdida de peso considerable en poco tiempo.
En caso de presentar alguno de estos síntomas la recomendación es acudir a su médico para un diagnóstico adecuado.
Para determinar los valores de azúcar en sangre es necesario hacer un análisis de sangre en ayunas. Muchas farmacias ofrecen este servicio. El diagnóstico de la diabetes suele producirse en un análisis por una revisión rutinaria o un análisis solicitado por la aparición de alguno de síntomas que hemos identificado anteriormente como un incremento de la sensación de sed, aumento de ganas de orinar…
El tratamiento de la diabetes requiere el control de peso, ejercicios y dieta. En muchos casos de diabetes tipo II (no insulinodependiente) no es necesario medicación oral y es suficiente con medidas higienicodietéticas y complementos nutricionales o terapias naturales.
La diabetes es una patología que se caracteriza por la presencia de valores de glucosa (azúcar) altos en sangre. Esta alteración suele producirse bien porque el organismo no libera insulina o bien porque no la utiliza correctamente.
La concentración de glucosa (azúcar) en sangre varía durante el día, se incrementa después de cada comida y se recuperan los valores normales después de 2 horas. Los valores que se consideran normales en ayuno son de 70 a 110mg/dl.
La insulina (hormona producida por el páncreas) se encarga de mantener los niveles adecuados de glucosa en sangre.
La diabetes se produce cuando nuestro organismo no produce la suficiente insulina para que los valores de azúcar en sangre se encuentren dentro de los parámetros de normalidad o cuando las células no responden correctamente a la insulina.
Existen dos tipos de diabetes:
Diabetes tipo I (insulinodependiente): En este tipo de diabetes la producción de insulina es escasa o nula y suele desarrollarse antes de los 30 años.
Diabetes tipo II (no insulinodependiente): En este tipo de diabetes el páncreas continua produciendo insulina pero el organismo desarrolla una resistencia a sus efectos. Puede aparecer a partir de los 30 años pero es a partir de los 65 años cuando es más frecuente.
La obesidad es el principal factor de riesgo para padecer diabetes ya que entre el 80-90% de las personas obesas sufren esta enfermedad.
Los síntomas más característicos de la diabetes son orina excesiva (poliuria) y sensación de sed (polidipsia).
También suele ser frecuente un aumento se la sensación de hambre (polifagia).
Hay otros síntomas que se relacionan con la diabetes o valores de azúcar alto en sangre como son visión borrosa, somnolencia, náuseas y cansancio.
Cuando se trata de una Diabetes tipo I o insulinodependiente los síntomas son más graves y evolucionan rápidamente. Puede producirse una pérdida de peso considerable en poco tiempo.
En caso de presentar alguno de estos síntomas la recomendación es acudir a su médico para un diagnóstico adecuado.
Para determinar los valores de azúcar en sangre es necesario hacer un análisis de sangre en ayunas. Muchas farmacias ofrecen este servicio. El diagnóstico de la diabetes suele producirse en un análisis por una revisión rutinaria o un análisis solicitado por la aparición de alguno de síntomas que hemos identificado anteriormente como un incremento de la sensación de sed, aumento de ganas de orinar…
El tratamiento de la diabetes requiere el control de peso, ejercicios y dieta. En muchos casos de diabetes tipo II (no insulinodependiente) no es necesario medicación oral y es suficiente con medidas higienicodietéticas y complementos nutricionales o terapias naturales.
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